Solidaridad Intergeneracional, lo que nos quieren vender como un nuevo concepto

Mundo moderno (Foto de Nicolai Berntsen)
El mundo moderno nos rodea de comodidades, de lujos, nos crea necesidades que no tenemos, nos incita a comprar, a mantenernos ocupados, y nos hace formar parte de la gran noria de burros de manera que la inercia nos lleva a seguir haciendo girar la rueda, que el consumismo no pare, que las necesidades no decaigan, que no nos paremos.
En esta vida de vértigo además de trabajar, hacer ejercicio, leer buenos libros, comer sano, estar al día en las noticias, en la política y mantener nuestras redes sociales en un óptimo estado, nos inventamos nuevos conceptos para tratar de recordar que aquello que antaño fue algo normal, debemos incorporarlo a la lista de nuestros quehaceres diarios, incrementando así nuestro estrés puesto que la lista de tareas es infinitamente creciente.
Uno de estos nuevos conceptos que siempre me ha llamado la atención es el de Solidaridad Intergeneracional, es decir, que niños, jóvenes y adultos compartan actividades con personas mayores. Y me llama mucho la atención que precisamente sea esta sociedad, que nos ha creado la necesidad de llevar a nuestros mayores a residencias de ancianos y a centros de día, la misma que nos pida que pasemos más tiempo con ellos. Esta misma sociedad que nos ha vendido la moto de que estamos demasiado ocupados para cuidar a los nuestros y que estarían mejor todos juntos y solos en un mismo edificio. Es este mismo sistema el que nos dice ahora que hay que fomentar la solidaridad entre generaciones, que los abuelos tienen que pasar tiempo con los nietos y que a los mayores les estimula jugar con niños.
Y un día te paras un momento y te pones a pensar por ti mismo sobre toda esta marabunta de información incongruente. Y te empiezan a surgir preguntas, seguramente tan incongruentes o más que la información que te viene del exterior, pero no paran de darme vueltas en la cabeza

Guardería-geriátrico (Foto de VIRGINIAMOL)
¿Por qué no una guardería-geriátrico?
Un lugar que nos permita seguir con nuestra vida ajetreada, llena de vicios modernos, llena de estrés, pero que nos permita que nuestros padres estén cuidados, nuestros hijos estén cuidados y a la vez ambas partes compartan ratos de juegos. Incluso aquellos, que por diversos motivos no tengan descendencia, podrían compartir risas con los más pequeños.
Instalaciones comunes, patios compartidos, salas de televisión conjunta… Los mayores tendrían un motivo para levantarse por las mañanas: ver a los pequeños llegar a la guardería. Ver si Marta se ha curado ya del catarro o si Pablo ha tenido ya a su hermanito.
¿Por qué no profesores mayores?
A modo de hobby y no de trabajo, una persona mayor activa estoy segura de que estaría encantada de transmitir su sabiduría a jóvenes y no tan jóvenes. Y con esto no me refiero a matemáticas, sino a las habilidades que tenga cada uno, que pueden ser desde tejer un buen par de calcetines hasta conocer la historia de la emigración o la guerra en este país de la mano de un superviviente.
¿Por qué no favorecer la vida familiar?
No necesitamos ayudas para sacar a los mayores de nuestras casas y meterlos en asilos sin vida. Necesitamos ayuda para poder cuidarlos mejor en casa. Necesitamos que los niños convivan con abuelos, necesitamos que los mayores convivan con nosotros. Y alguno aquí se tirará de los pelos y pensará que es una locura, pero con ayuda te sentirás igual de liberado que cuando está en el geriátrico, con la diferencia de que podrás disfrutar de su compañía, de sus consejos, de su cariño.
Me gusta que los jóvenes compartan vida con los mayores y que los mayores compartan sabiduría con los jóvenes
No entiendo muy bien porqué una sociedad que ha premiado y se ha esforzado por separar a mayores y jóvenes ahora nos invita a reencontranos bajo un concepto nuevo y fresco: la solidaridad entre generaciones. No obstante, aunque nos cueste admitir un error y admitir que estamos buscando cómo volver a lo que teníamos antes pero dando un rodeo, tengo que reconocer que me gusta, me gusta que los jóvenes compartan vida con los mayores y que los mayores compartan sabiduría con los jóvenes.