Mayores increíbles: Rita Levi-Montalcini, un icono de mujer erudita
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Rita Levi-Montalcini fue una reconocida neuróloga italiana. A los 77 años de edad obtuvo el Premio Nobel de Fisiología o Medicina que compartió con Stanley Cohen, juntos habían descubierto lo que ahora llamamos factores de crecimiento, que son un conjunto de sustancias que desempeñan un papel importante en la comunicación entre las células de nuestro organismo. Sus aportaciones al mundo de la medicina y la biología han sido tan importantes que gracias a estos descubrimientos se están haciendo numerosos estudios para tratar de entender y paliar enfermedades degenerativas como el Alzheimer o el Parkinson.
Rita fue una gran mujer. Desde pequeña se calificaba así misma como «librepensadora» y siempre tuvo una visión diferente del mundo para la época en la que le tocó vivir: notaba cómo su padre era el dominante de la familia, en una época donde las mujeres contaban para poco más que para ser madres y siervas. Fue una mujer valiente, que desafió a la sociedad y se construyó un futuro digno de un hombre, pero no de una mujer. Ella misma contaba que le expuso a su padre que quería ser científica y dedicarse a los otros, afortunadamente, su padre, aun envuelto en la sociedad de la época, no pudo negarse: “No lo apruebo, pero no puedo impedírtelo”.
El 30 de Diciembre de 2012 con 103 años de edad murió Rita y con ello un icono de mujer erudita. Hasta las últimas entrevistas se apreciaba una mujer audaz, viva, con una mente joven y despierta. En una de las muchas entrevistas que rondan por la red, dijo sentirse con una capacidad mental similar a la que tenía a los 20 años, quizá superior y que en ningún momento había decaído la capacidad de pensar ni de vivir. ¿El secreto? Según la propia Rita, lo único que podemos hacer es seguir pensando, seguir manteniendo activa la mente, desinteresarse por uno mismo y ser indiferente a la muerte, porque cuando morimos, lo que persiste son nuestros mensajes, nuestros actos, y lo único que morirá será nuestro pequeño cuerpo.
Lo único que podemos hacer es seguir pensando, seguir manteniendo activa la mente, desinteresarse por uno mismo y ser indiferente a la muerte, porque cuando morimos, lo que persiste son nuestros mensajes, nuestros actos, y lo único que morirá será nuestro pequeño cuerpo.
Leer sus entrevistas y escucharla hablar era todo un ejemplo de vejez feliz y activa. Afirmaba que todas las personas tenemos mucha plasticidad neuronal, es decir, aunque algunas neuronas se mueran, las que quedan son capaces de organizarse de forma que no se pierda información y podamos mantener las mismas funciones, pero eso sí, para que esto suceda debemos estimularlas y eso es tarea de cada uno.
La clave para mantenerse joven está en mantener la mente activa, ilusionada, hacer funcionar al cerebro, mostrar curiosidad por las cosas, apasionarse… Si obligamos a trabajar el cerebro, su envejecimiento será más tardío, más lento y quizá incluso este deterioro no lleguemos a verlo nunca. Cuando leo a Rita y veo cómo describe la forma en que mantiene viva su mente, me recuerda a los niños, que se asombran por cualquier detalle, que son curiosos, que se ilusionan, que quieren saberlo todo y que cuando les explicas algo son como esponjas y absorben todo lo que pueden… Quizá debamos aprender más de ellos y mantenernos igual de vivos y no dejarnos llevar por la rutina de la vida, por el sedentarismo, por la caja tonta y debamos ser más lectores, más curiosos y más activos.
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